A diferencia de un nutricionista, un Health Coach no diagnostica, valora ingestas ni propone dietas. Un Health Coach apoya a adoptar hábitos saludables entre los que destacan la alimentación, la salud emocional, social y espiritual. Ofrece un programa personalizado a largo plazo, en el que la persona evoluciona hasta alcanzar sus objetivos. El programa acostumbra a durar 6 meses y está basado en sesiones de 50 minutos bimensuales. De este modo se consiguen cambios que se pueden mantener con el tiempo.